miércoles, 27 de febrero de 2019

HISTORIAS DE UN MARINO


Era el último año de este viaje miserable. Teníamos hambre, sed, veíamos cosas, yo ya me sentía en las últimas. Pero de vez en cuando  pasaban cosas de vida o muerte que nos daban un ataque de adrenalina, que me daba otra vez ganas de vivir y volver con mi familia y, principalmente honrar y hacer historia por mi país. Es sobre uno de

UN VIAJE PARA SER OLVIDADO


El día 20 de septiembre de 1519, Magallanes y yo empezamos nuestro objetivo que teníamos, que era conseguir hacer la primera vuelta al mundo. Nunca nadie había

Valientes Marineros


Mi hermano David fue uno de esos doscientos treinta hombres que partieron desde Sevilla, el año 1519 sin saber si algun dia los volveríamos a ver.
Esa misma mañana mi madre,

La Isla de la Salvación


20 de noviembre de 1520

Mañana saldremos del puerto rumbo a Asia, todos estamos listos para este viaje que durará bastante tiempo. Aun así, llevamos los recursos necesarios, comida

A SAN JULIÁN


Se me ocurrió esta idea en un domingo por la tarde. Una vuelta al mundo, la primera vuelta al mundo,¿cómo será llegar a las indias

La llegada a Santa Lucia

Os voy  a contar cuando llegamos a Brasil. Me llamo Juan,

Un sueño muy raro

En el dia 13 de diciembre pasaron por la línea equinoccial , dejando de lado la estrella del norte y entraron en el puerto de Santa Lucía nombre que los españoles llamaron al puerto, actual Rio de Janeiro . Permanecieron allí trece días.

Un viaje sin sentido


La primera vez que Magallanes me habló de su idea  me pareció un disparate,sin embargo, al continuar describiendo su plan, me fue creciendo una enorme voluntad de poder pertenecer a una de las expediciones que probablemente sería narrada en los libros de historia cinco centenarios de años después.
Ya había conocido a Magallanes en Vila Nova de Gaia,su ciudad natal, en la boda de un conocido noble portuense. Desde ese momento empezamos a llevarnos bien y a descubrir opiniones semejantes en relación  a la política y a la geografía mundial. A partir de ahí nos encontramos en diferentes situaciones

El Diario

He ido a la biblioteca municipal para ver si consigo informarme más sobre el viaje de la primera vuelta al mundo y encontré

Cómo conocí al amor de vida


A través de esta historia os voy a contar un acontecimiento que ocurrió mientras realizaba la vuelta al mundo junto a mis compañeros.
Ante todo me voy a presentarme, mi nombre es Raúl, soy

Isla de los ladrones


Me despierto con el alboroto de los demás marineros en la cubierta. Me levanto rápidamente del catre y me dirijo hacia fuera. Cuando llego al exterior mis ojos no pueden creer lo que ven.
-¡Tierra a la vista!- grita Pepe desde su posición habitual.
La alegría y la ilusión inundan la cubierta y por un momento nos olvidamos del sufrimiento y el cansancio de los últimos cuatro meses y festejamos y agradecemos a Dios nuestra suerte.
Cuando el barco atraca y bajamos para explorar el terreno

EL PRIMER DÍA

Yo soy Juan Ruiz, el navegador, por nadie conocido, que acompañó a Magallanes y a Elcano en su vuelta al mundo y que os va a contar todas las emociones del primer día de ese viaje jamás olvidado en la historia de la humanidad.

Era un día de mucho calor en Sevilla,Magallanes y yo estábamos los dos mirando

VUELTA AL MUNDO CON MI ABUELO


Mi abuelo era tripulante de una de las cinco naves que partieron del muelle de las Mulas que era un sitio muy movimentado pero no tenía una gran belleza ya que todo era bastante viejo y no tenía colores atractivos sino muy oscuros, lo que hacía que pareciese que todo

EL REENCUENTRO


EL REENCUENTRO


Año 1521, Sevilla


Pedro González estaba saliendo del barco cuando vio entre la multitud la zona donde estaban las familias de los marineros. Lo que esas familias no sabían era que de los doscientos hombres que habían partido hacía dos años, sólo 16 hombres habían vuelto.


Pedro no veía a su familia y se apresuró a encontrarla.

martes, 26 de febrero de 2019

Alianza en Filipinas

La tripulación ya estaba agotada. No teníamos apenas alimentos con los que sustentarnos.
Los marineros no tenían esperanza, se limitaban a

Emergido del mar


Nunca pensé que el 10 de agosto de 1519 mi vida daría una vuelta de 360 grados.

Recuerdo un día caluroso de verano, la gente se echaba a las calles para despedir a los marineros que zarpaban esa misma tarde rumbo a América. Yo estaba pidiendo limosna a las puertas de la catedral de Sevilla. Cansado por el abrasador calor, decidí descansar bajo la sombra de un naranjo.

Océano de melancolía


Todavía no era yo mucho más que un polluelo, con mi plumaje marrón, cuando perdí de vista a mi familia. Hacía mal tiempo en ese lado de la costa, por lo que decidimos trasladarnos temporalmente a tierra. El caso es que esta tormenta en cuestión resultó coincidir justo cuando aún no dominaba del todo las artes del vuelo, por lo que las fuertes ráfagas de aire me empujaron hacia una dirección totalmente distinta a la que tomaba el resto del grupo. Pasó todo tan rápido que

Fernando de Magallanes y el Planeta del Tesoro

PRIMERA VUELTA POR EL ESPACIO SIDERAL


Cuando yo era pequeño mi madre me solía contar la historia de una circunnavegación alrededor de la Vía Láctea. Pero ahora es mi ocasión de contarla.

Durante los inicios de la Edad Moderna existía una sociedad más avanzada que la contemporánea, su nombre era Atlántida. Actualmente vivimos pensando  que la NASA fue la primera en conseguir poner un cohete fuera de nuestro planeta. Pero estamos equivocados los Atlantides (habitantes de Atlántida) lo hicieron antes que la NASA. Los Atlantes construyeron unas naves voladoras que aparentaban ser barcos comunes.

En 1480, nació el hombre al que le debemos la primera vuelta por el espacio sideral. Nadie antes lo había logrado, y si no hubiera sido él, hoy en día no estaríamos donde estamos.

Un dia este hombre, mientras estaba jugando, encontró un mapa, escondido en un pequeño agujero en la tierra. Era un mapa de 9600 a. C, y en la parte de detrás estaba escrito “Atlantis”. Este mapa, contiene las coordenadas de un planeta que escondía un tesoro. Desde ese día despertó en él, el interés de encontrar este planeta.

Fernando empezó a buscar información sobre esta antigua civilización. Buscó y rebuscó todos los libros referentes a este tema. Había un libro muy antiguo, de Platón. Este libro decía que el continente de Atlántida  (localizado en medio del océano atlántico) quedó sumergido de forma repentina.

Después de descubrir esto, Fernando empezó a estudiar náutica y geografía, en Portugal, para poder encontrar la antigua Atlántida. Después de unos años presentó sus planes a la corte portuguesa que los rechazó, por lo que se los presentó a la corte española, que para su sorpresa los aceptó.

El dia 12 de junio de 1517, fue con un pequeño bote, hasta la localización de la antigua Atlántida. Allí, se vió succionado por un remolino, que hizo que se desmayara, debido a que no aguantaba tanto tiempo sin oxígeno. Pasado unas horas, se vio dentro de una gran burbuja de aire en el fondo de oxígeno. Había llegado a Atlántida. Era real, no un sueño, como muchos creían. Estuvo casi un año en Atlántida, presentó sus planes para hallar el tesoro, ellos los aceptaron y le concedieron 5 naves y la tripulación. Fué así que conoció a Juan Sebastián Elcano, que llegó a Atlántida sin querer.

Fué entonces el  10 de agosto de 1519 que este hombre zarpó desde Atlántida, salieron en las  5 naos voladoras. La nave de Fernando Magallanes, Trinidad y la nao Victoria la cual era dirigida por su compañero de viaje Juan Sebastián Elcano. Las otras naves se llamaban Concepción, Santiago y S. Antonio. Entre las 5 contaban con 247 marineros.

Durante su trayecto pararon en diversos lugares. El primero fue la capital de Marte llamada Bahía de Río de Janeiro, a continuación pararon en un pueblo costero de Júpiter llamado Bahía de San Julián. En este lugar estuvieron reparando sus naos después de una lluvia de meteoritos constante y casi la pérdida de una nao entera debido a un agujero negro.

Tras salir de Júpiter fueron atracados por un grupo de piratas intergalácticos dados a conocer como los Jordi Black Ops interestelares. En esta batalla perdieron dos naves, Santiago y S. Antonio.

 Después de esta gran pérdida, las tres naos restantes cruzaron los anillos de saturno, nunca antes cruzados. El estrecho de los anillos fue llamado de Estrecho de Magallanes. Magallanes estuvo en el estrecho durante un mes para que su tripulación pudiera tomarse un descanso después de varios meses navegando por el espacio sideral. Las lluvias de meteoritos fueron constantes e hicieron que tanto los barcos como los hombres salieran perjudicados de esta situación. El tiempo de descanso que se tomó toda la tripulación fue vital para que descansaran psicológicamente y físicamente. Todos ellos tuvieron un muy buen mes descansando sobre los anillos de Júpiter. Desde estos descansaban en su posada con unas vistas espectaculares desde las que podían incluso ver la vía láctea de una manera espléndida.

Los dos comandantes que dirigían el convoy pudieron descansar al igual que su tripulación aunque también tuvieron que planear la ruta para el futuro transcurso que emprenderán tan solo una semanas después.

Magallanes falleció el 27 de Abril de 1521, 1 año y medio tras su partida del puerto intergaláctico de Atlántida. Su muerte se vió producida por un grupo de indígenas liderados por Ejuku,en la luna de Mactán.

El viaje continuó con Elcano. Trás llegar cerca de las coordenadas indicadas en el mapa de Magallanes vieron un enorme planeta formado por oro con cobertura de diamantes.¡HABÍAN ENCONTRADO EL TESORO!

Tras la descubierta del tesoro Elcano puso rumbo de vuelta al puerto de Atlántida. Durante el trayecto tuvieron varios conflictos armados con piratas y extraterrestres, esto hizo que perdieran  2 de sus últimas 3 naos. Pero lo lograron, llegaron a Atlántida, con tan solo una nao y 18 hombres. Cuando la restante embarcación llegó al puerto de Atlántida, el rey Atlas (Rey de Atlántida) quedó bastante satisfecho con el tesoro y decidió hacer una conmemoración por este hecho. Hizo con que el viaje de Magallanes fuera conocido por todo el mundo, pero distorsionó la historia, haciendo creer a todos que dio la vuelta al mundo.

Miguel Pereira y Tomás Cerqueira 





Reflexiones Post-viaje

El 27 de abril de 1521, Fernando de Magallanes se despertó sin saber que ese sería su último día en la Tierra. Aún me acuerdo lo serio que se encontraba ese día, ya que estaba preocupado con lo conflictivo que estaba el rey de Mactán comparado con los del resto de los reinos que se les habían entregado a cambio de la ayuda de La Corona de Castilla.


En torno a las once de la mañana, empezó a planear una estrategia en el caso de que tuviera que enfrentarse al ejército del rey de Mactán. Magallanes era un buen estratega, pero sabía que esta batalla sería difícil, ya que estaban

Traición



Dejar atrás a mi mujer, fue tal vez por la intriga que el mar me causaba, o por la necesidad de salir de Sevilla, escapar de un mundo que no daba para más que para soñar. Yo soñaba salir de allí, cruzar los mares que tanto me intrigaban desde pequeño.
El 13 de diciembre, cuando llegamos a Santa Lucía, recibí una carta desde Sevilla, redactada el 20 de septiembre por mi querida Beatriz. Abrí cuidadosamente el lacre con el escudo de mi familia, y leí despacio todas y cada una de las palabras. Apenas sentía nada al leer. Nada. Ni remordimientos, ni extrañaba a mi mujer. Solo al final las palabras de Beatriz eliminaron mi frialdad.  Las últimas frases
El 10 de agosto de 1519 partían 5 naos de Sevilla, España. En esas naos se encontraban Fernando de Magallanes, Juan Sebastián Elcano, Carmen Alberta y Josefina José.
 
Partieron a las 15:40 y iniciaron la expedición, desde el puerto de Sevilla. En ese día no estaban todos exactamente muy felices, pues no sabían cómo iba a salir la expedición. Después de un par de días viajando en el Océano Atlántico se acercó una tormenta gigante, pero lo peor de este evento es que duró varias horas, entonces les desvió de su ruta original. Al desviarse de esta ruta desembocaron en un sitio llamado el Estrecho de Eskere, conocido en la época por los inúmeros ataques de piratas que había ahí. Cuando se pasó la tempestad, se habían muerto 137 hombres y se habían destrozado 3 de las 5 naos y sus defensas y abastecimientos eran muy escasos. Retomaron su ruta, pero algo aún más inesperado y peligroso iba a pasar.

La nave “ Kiko Rivera” del capitán Sergio Alonso, un famoso

pirata de ese tiempo les asaltó. Los mató a todos, menos a Fernando y Elcano y se llevó a las respectivas mujeres (Carmen y Josefina). A estos el pirata Sergio les mandó nadando hasta Canarias.

Cuando llegan a Canarias, hambrientos y con frío, pasan ahí dos días y después regresan a la mar en un mini barco de madera.  

Al final se mueren todos porque la barca se inunda porque Bruno es un pto gordo. Ai omaigad

El viaje que cambió mi vida


El viaje que cambió mi vida

Doscientos treinta y nueve hombres y cinco naos partieron de Sevilla en 1519 en busca de una ruta por el oeste hacia la Especiería. Tres años después, regresamos diecisiete hombres y una nao, después de haber dado la vuelta al mundo.

Ni que la muerte nos separe

Hoy, 10 de agosto de 1519, me desperté con los fuertes latidos de mi corazón. Hoy es el día en el que el amor de mi vida me abandonará por la cruel mujer que son las olas del mar. Fue seducido por su dulce sabor, su color misterioso y su espontaneidad que le hace correr la adrenalina por las venas.

La isla de los ladrones

Nos encontrábamos en 1521, precisamente en el 6 de marzo, y sin que lo supiéramos ya llevábamos más de la mitad de nuestro viaje. Había transcurrido, tres años desde que partimos de Sevilla en la Nao Victoria, el 10 de agosto de 1519, para dar por primera vez la vuelta al mundo.
Al inicio éramos  265 tripulantes al mando de Fernando Magallanes, entre los pocos que
sobrevivieron, estaban incluidos Elcano, Juan de Santander, Diego Gallego y yo, Vasco Gómez Gallego, los mismos que logramos llegar a las Islas Marianas.
Las islas marianas fueron  las primeras islas habitadas que encontramos, tras cuatro meses en unas condiciones extremas, y que la única cosa que nos pasaba por la mente era poder volver a casa.

El diario de Magallanes

26 de abril de 1521
Estamos aquí en las islas Filipinas y el plan para mañana es controlar la isla de Macatán. Yo no lo veo muy probable pero los demás están muy convencidos de que vamos a conseguir. Creo que corremos peligro, ellos son muchos más.

27 de abril de 1521
Tuvimos que anclar lejos de la costa lo que complicó aún más el ataque. Mientras ellos peleaban, me monté en un bote y salí pitando.


ALMAS


La nao Santiago llegó a Argentina el día 13 de mayo de 1520. Había pasado prácticamente un año desde la partida desde Sevilla, y se notaba. Lo único bueno era que, al ser pocos marineros, todos se conocían entre sí y esto hacía que los días fueran más amenos.

Diego se sentía solo. Era joven, 19 años. Su padre le había mandado a la expedición para conseguir algo de dinero. La mayoría de sus compañeros se habían ofrecido para estar allí, él no.

El joven, la niña y el marinero

Hace 2 años se fue Diego. Nos prometió que escribiría, pero aún no hemos recibido nada de su parte. A mi no me preocupa la ausencia de noticias, después de todo, Diego y yo nunca llegamos a ser amigos, y supongo que no es fácil enviar cartas a Bayona desde el medio del océano. El que de vez en cuando va al puerto a escondidas para quedarse con la mirada perdida es Salvador, mi hermano mayor. Nunca admitirá la razón por la que se sienta a observar el horizonte, ni siquiera a sí mismo. Por eso cuando le hago notar que parece faltarle algo, una sombra de duda cruza su mirada antes de reírse de mi ocurrencia.
Supongo que si me encontrara en su situación lograría comprenderlo. Salvador siempre ha tenido cierto problema en andar, por lo que no puede ayudar con los animales. Esto no le impide participar en la economía del hogar, claro está. Como yo aún no tengo ningún pretendiente digno de aprobación por parte de mis padres, Salvador me salva de tener que llevar lo poco que tenemos que vender al mercado. Fue en una de las jornadas en las que íbamos de camino al trabajo cuando conocimos a Diego. Mi hermano tropezó con una de las gallinas y se cayó al suelo. Yo tuve que atender a las bestias antes de comprobar el estado de mi hermano, por lo que un chico se me adelantó y lo ayudó a ponerse de pie. Después nos acompañó hasta el mercado y se despidió.
A partir de aquel día, Diego se volvió una constante más en la monotonía de nuestras humildes vidas. Recuerdo que tenía una risa agradable y contagiosa y que podía pasarse horas conversando con mi hermano. Se hicieron buenos amigos y lo fueron por unos años, hasta el día en el que el muchacho nos reveló que iba a ir en una expedición por el océano. Me di cuenta entonces de lo poco que sabía de Diego, pues me sorprendí a mi misma al reparar en que no lo echaría de menos.
A Salvador pareció alegrarle la noticia. El viaje permitiría a su mejor y único amigo ver mundo. Para él, que nunca había podido ver más allá del sendero que llevaba al puerto, el cargo de marinero en una expedición de tal calibre era un sueño que, debido a su condición, jamás podría alcanzar. Por este motivo, le hizo prometer a Diego que volvería vivo para contarle todo lo que hubiera visto.
El marinero se fue a descubrir mundo el 20 de septiembre de 1519 en la nao Victoria, acompañado de otros 249 hombres llenos de vida cuyos ojos brillaban por la emoción.
Pisó el suelo de España de nuevo el 8 de septiembre de 1522, cuando llegó a Sevilla rodeado de 17 marineros de ojos vacíos y cansados. Pero vivos.
Lo vimos un mes más tarde, esperándonos en el camino que llevaba al mercado.
Salvador no pudo evitar que una sonrisa le iluminara la cara y yo no pude evitar unirme al abrazo.
Al separarnos, observé el brillo de complicidad que pasó por los ojos de los dos y comprendí que querían hablar a solas, pero me fue imposible no inmiscuirme, pues sentía curiosidad por saber todo lo que había vivido Diego.
Nos dirigimos al campo para poder hablar sin el barullo de las gentes cuyas voces se peleaban por ser escuchadas. Allí, decidimos sentarnos a la sombra de un árbol viejo donde Diego se dispuso a describirnos la furia del mar, las muertes de los valientes que se atrevían a enfrentarse a ella y el repugnante olor del miedo mezclado con sal que lograba sentir cada vez que se alejaban de un puerto. Yo escuchaba en silencio y de vez en cuando echaba una ojeada a mi hermano, que se estremecía cada vez que escuchaba el nombre de un muerto.
Pasado el peligro, sus labios cesaron el torrente de infortunios para dar paso a una hilera de conchas blancas que dulcemente evocaron la maravillosa sensación de pisar la arena cálida tras sobrevivir a una tormenta y el suave crujido de la madera del barco, que estaba tan vivo como él mismo. Contaron las estrellas que asomaban tímidamente por detrás del frío viento de la noche y sin darse cuenta calentaban el corazón de los hombres que, a pesar del temor, albergaban esperanzas. Y se cerraron.
Yo pude ver como la brisa del mar mecía el barco donde un pequeño marinero miraba al horizonte y sonreía recordando las tardes que pasaba entre unas bestias, una niña y un amigo a los que esperaba poder volver a ver pronto. Miré hacia él y vi el cariño que brotaba de sus ojos al mirarnos, como si no pudiera creer que había logrado volver. Mi hermano se levantó entonces y le extendió una mano para ayudarlo a ponerse de pie. Yo me sacudí el polvo de la falda y tomé el sendero que me llevaría al mercado, y a cada paso me me fui dando cuenta de lo feliz que nos había hecho que nuestro amigo hubiera vuelto.

La batalla de Mactán


LA BATALLA DE MACTÁN

Santiago Coca y Rodrigo Gregores
4º ESO C


Lapu-Lapu estaba dormitando cuando empezó a oír los pasos frenéticos de hombres excitados y un murmullo que más tarde se convirtió en un griterío. Cuando su consejero entró por la puerta, ya se había vestido la armadura de cuero, tenía ajustada la espada a la cintura y también ya se había cambiado sus zapatillas por sus zapatos de guerra...
Salieron de la cabaña a buscar los caballos y siguieron por el camino hasta la playa, con nubes de polvo arremolinándose a su alrededor. Cuando llegaron a esta, Lapu-Lapu desmontó del caballo y se dirigió al frente. A unos escasos 200 metros se veían las imponentes naos españolas, las cuales no conseguían atravesar la barrera de coral que rodeaba la playa.

Estaban ya todos los preparados para empezar lo que se suponía el inicio de una batalla entre los nativos y los indios. Los españoles bajaron en botes, aunque eso limitaba la cantidad de hombres que podían llevar. Tras algún tiempo intentando llegar a la playa, los españoles finalmente lo consiguieron. Tras ese suceso uno de los soldados españoles cometió la imprudencia de tirar una flecha incendiada a las casas cercanas que prendieron al instante.

-Al ataque -gritó Lapu-Lapu, orden que fue repetida a gritos por su consejero y por el resto de los soldados.
El grupo de españoles, aproximadamente unas cinco decenas, se vio envuelto en cuestión de instantes por todos los lados por indígenas enfurecidos. Tras algunos minutos de sangrienta masacre, el que iba encabezando el grupo pareció darse cuenta de la imposibilidad de una victoria en aquella batalla y ordenó la retirada, no sin antes destacar un grupo de hombres para aguantar los indígenas, entre los cuales estaba él mismo.

El español luchó desesperadamente clavando su lanza al que estuviese más cerca, con la expectación de herir alguno de los indígenas que lo rodeaban. De pronto se abrió un corredor entre los indígenas. Era Lapu-Lapu que se dirigía hacia el soldado español. Él mismo intentó sacar su sable de la vaina, pero descubrió aterrorizado que no conseguía mover el brazo. Clavó ciegamente su lanza en un indígena que estaba en su rango. Lapu-Lapu aprovechó esta oportunidad para clavarle su espada entre las grietas de su armadura. 

El español soltó un gruñido y languideció. Alcanzó a lanzar una última mirada por encima del hombro, una mezcla entre miedo y paz. Y entonces se desplomó, creando olas diminutas. En el agua un hilo de sangre ascendió.

EL ÍDOLO: LA PRIMERA VUELTA AL MUNDO

Era un caluroso verano, agosto de 1519. Se encontraban en los alrededores de Sevilla, la ciudad probablemente más cálida de la España de la época....

Calvos en el mar

Luego de numerosos meses de viaje, por fin los marineros llegaron a Inglaterra, país que ha visto nacer a exitosos personajes, y el gobierno español finalmente llevó a cabo un acuerdo, que se había estado negociando hace algún tiempo, con los monarcas ingleses. El rey Enrique VIII de Inglaterra les daría recursos tales como comida y licor a los navegantes y a cambio,

Oro


A punto estaban de cumplirse dos años de la marcha de Fernando de Magallanes y su tripulación. Antonia Castillo era la madre de un marinero que formaba parte de la expedición. Él se llamaba Santiago: Un joven grumete que recién había cumplido los dieciocho cuando tomó la decisión de hacerse grande y embarcarse a la aventura prácticamente a ciegas. Era muy tímido; pelirrojo, como su padre y tenía la cara plagada de infantiles pecas. De hecho, parecía un niño. Y no solo físicamente sino que lo era también por dentro. Hasta el punto en el que dormía abrazado al saco de paja que le servía de almohada. Para su madre, era demasiado joven como para salir a jugarse la vida de esa manera. Él no tenía la madurez suficiente como para evaluar los riesgos de embarcarse

lunes, 25 de febrero de 2019

Las Aventuras de Magallanes en el cabo de Buena Esperanza

LAS AVENTURAS DE MAGALLANES EN EL CABO DE LA BUENA ESPERANZA.


El dia 6 de Abril de 1552 llegamos al cabo de la Buena Esperanza, no nos quedaba nada, no teníamos ningún tipo de recurso, no había agua, alimentos, ni fuerzas para seguir navegando, así que decidimos parar unas semanas frente al cabo para buscar comida y agua potable para aquel momento y también había que guardar recursos para viajar después.
    Teníamos mucho que hacer, no era para nada un tiempo de descanso, sino que era un tiempo para buscar recursos y fuerzas. Al tener mucho que hacer nos repartimos las tareas entre los tres capitanes que había, cada uno tenía una serie de hombres con ellos, que les ayudarían a buscar recursos y a luchar si fuese necesario.
  Teníamos un factor muy positivo, que nos llevábamos muy bien todos y nos organizábamos muy bien. Había dos capitanes a parte de mí, eran Carlos Miguel y el menos importante Armin, aunque en esta aventura tendría una función tan importante como la nuestra.
 Una cosa esencial en esta aventura han sido las caracolas grandes que al soplar hacían ruido y así nos llamábamos entre nosotros; han sido importantísimas, porque más de una vez hemos tenido que luchar contra algunas tribus indígenas SIN tener hombres suficientes para hacerlo.
    En total, nos quedamos en el cabo durante nueve semanas, viviendo fatal con unas condiciones terribles y comiendo lo que se podía, yo empezaba a ver difícil alimentarse cada día, y, si era difícil alimentarse a diario, aun más difícil era guardar alimentos para seguir viajando. Pasaban las semanas y las fuerzas se iban perdiendo, las fuerzas se perdían y se llevaban a alguno de nuestros hombres que se morían de hambre o deshidratados. Un día los tres capitanes decidimos reunirnos y pensar lo que era más conveniente para nosotros. Armin y Carlos Miguel concordaron que lo mejor sería irse, aunque como era yo quien mandaba, decidí que lo mejor era seguir buscando recursos, o moriríamos todos en el mar.
   Nos quedamos; y fue de las mejores decisiones que he tomado en mi vida. Porque a la segunda semana ya estábamos encontrando más recursos, comíamos todo lo que podíamos y lo mejor fue comer fruta, porque tiene mucha agua y al mismo tiempo nos pasaba el hambre. Estábamos en nuestro mejor momento, fuimos capaces de seguir ahí sin que se muriese nadie. Yo estaba con ánimo muy positivo, como el resto de los hombres que me acompañaban en esta aventura.
     Aunque a la tercera semana desde ese entonces, volvimos a pasar hambre, e infelizmente se habían muerto dos hombres más. Nos costó mucho, estuvimos 2 días sin comer. Necesitábamos comer, y el único tipo de alimento que había a nuestro alcance eran los cadáveres de aquellos guerreros, que aunque ellos no lo han llegado a saber, nos han salvado la vida. Pero lo más importante era que nos habían salvado el viaje de la vuelta al mundo. Mi plan era quedarme en el cabo sólo dos semanas más, porque ya habíamos recorrido todo aquel terreno y ya nos habíamos comido todo lo que habíamos podido.
     Pero en una noche oscura y lluviosa , Armin y su grupo de hombres decidieron pasar la noche en una cueva para protegerse de la lluvia y de los vientos. La cueva estaba muy lejos, en la cima de una colina. Pero ahí entraron. Fueron entrando poco a poco, y cuanto más avanzaban más oscuro se hacía, pero siguieron hasta el final de la cueva. Y cuando por fin, habían llegado al final se encontraron un misterioso papel, en el que estaba escrito el nombre de una playa cerca de ese lugar. Así que sin nada que perder decidieron ir. Cuando llegaron vieron una especie de tribu enorme haciendo un ritual cualquiera a  un montón de comida que había en medio de ellos. Los hombres de Admin sólo tenían una opción, empezaron a soplar las caracolas y salieron corriendo hacia aquella tribu. Los de la tribu no se resistieron ni plantearon lucha alguna y se escaparon, así que Armin y sus hombres cogieron el montón de comida y lo pusieron en unas bolsas de tela que tenían. Nos llamaron muy felices y Armin me dijo que lo mejor era irse, porque podría ser que volvieran los de la tribu, así que recogimos todo en los barcos y nos marchamos, buscando más aventuras por este mundo.
   Definitivamente Armin y sus hombres nos salvaron en esta aventura.
Pasaron varios días y largas noches desde que salieron del cabo con un gran botín que les ayudaron a comer bien toda la tripulación, pero el problema es que algunos comían más de lo asignado por los capitanes de los barcos y lamentablemente nos quedamos sin comida entonces decidimos parar en una isla deshabitada o por lo menos pensábamos. Nosotros atracamos el barco e hicimos un campamento lo más rápido posible y directamente fuimos en busca de comida.
    Mientras buscábamos comida  mis hombres y los de los otros capitanes se habían repartido en varios grupos. Pero un grupo que era el mío no llegó, pasaban las horas y aún no habían llegado. Al acabar el día decidimos ir a buscarles porque estábamos muy preocupados estuvimos com unas 4 horas buscandolos y al final los encontramos muertos colgados de las piernas en la entrada de una cueva eran alrededor de 12 hombre y el grupo eran 20. Fuimos a investigar qué había dentro de la cueva.
     No investigamos muy al fondo por miedo a lo que podía haber hay dentro y al final podíamos ver a un grupo de gente que mis compañeros decían que eran unos indígenas pero no lo eran para mi. Eran personas que naufragaron se quedaron y por la falta de comida se convirtieron en caníbales porque estaban comiendo los restos de nuestros compañeros sin piedad, como si ya estuviesen acostumbrados a ello, nosotros al ver tal terrible ctastrofe cojimos el mayor número de comida y fruta  tambien cojimos un poco de carne de algunos animales que matamos y cocinamos.
Y nos fuimos de aquel horror de isla.
     Quedábamos dos barcos, otro capitán y yo  decidimos navegar al lado de la costa para no separarnos pero cuando estábamos llegando a Canarias aparecieron unos piratas y derribaron el otro barco, que era el que tenía más alimentos. Nosotros para no ser atracados igualmente continuamos para poder acabar el viaje que Magallanes no pudo acabar. Pasaron algunos días y llegamos a Canarias donde hay pudimos reponernos y continuar el viaje.
      Nos faltaba muy poco para acabar la travesía hasta Sevilla donde habíamos empezado.Durante el recorrido de canarias hasta España no tuvimos ningún problema solo algunas ventiscas más fuertes de lo normal y algunas tormentas por la noche.
      Y al final, al cabo de unas semanas llegamos a Sevilla pero solo siendo un barco con menos de la mitad de la tripulación.



El diario  ficticio de abordo


7 de julio de 1522, Praia


Desde la última vez que aquí escribo, el estado de decadencia de los marinaio en este navío va empeorando. De los cuarenta y seis uomini a bordo, tres demuestran una pérdida de peso significativa lo que les está provocando insuficiencias en el organismo, y siete de ellos se están pudriendo, lo podemos observar debido a heridas abiertas de donde sale un líquido amarillento mezclado con sangue resultando en un perfecto paraíso para las larvas de las moscas donde ya se ve como perforan las carnes de estos.

Estando aún en el inmenso manto de agua, el Capitán de esta expedición junto con Hernando de Bustamante y  Francisco Albo está tomando una decisión sobre medidas urgentes que hay que realizar para poder finalizar la expedición y llegar así a el Porto.

Con el Sol cayendo sobre nosotros, el capitán D. Juan Sebastián del Cano decide reunirnos a los treinta y seis hombres “sanos”, aunque cansados, en la cubierta del navío para comunicarnos que rumbo iríamos seguir en nuestro viaggio. El Capitán, de aquella villa del Norte de Castilla, nos dijo: “Camaradas, estamos en una fase de esta expedición en el que el fin de ella puede ser algo inalcanzable. Por eso, he tenido que tomar unas decisiones desesperadas pero necesarias. Escuchen, no tenemos alimentos suficientes ya para nosotros, por lo cual no podemos tratar más de los enfermos, por eso la única solución que veo para estas personas apoderadas por Satanás es matarlas o encerrarlas definitivamente en el bodega. La segunda de ella será la de arriesgar el atraque en Praia, como ya sabéis territorio portugués. El atraque del navío será una operación difícil lo tendremos que hacer de la siguiente manera: no diremos que somos de la expedición de Magallanes y actuaremos como si fuéramos  unos simples navegadores de la Corona Española que solo buscan avituallamiento para poder seguir el viaje con destino a la Península. Nos pedirán algo en cambio

UNA VUELTA AL PASADO


Me desperté el 27 de Noviembre de 1520.

Estaba en mi camarote cuando me despertó el almirante Holister.
-Capitán, estamos acercándonos a la Nao Victoria, llevan una velocidad de 15 nudos.
-Muy bien. Prepárense para una maniobra de espionaje.
Y así fue como los tripulantes de la Aurora se dispusieron a esperar para saber qué hacían los tripulantes de la nao Victoria.
Amanecía el

Los trajes de hierro

HISTORIA NARRATIVA
(historia traducida del tehuelche)
Era un día oscuro y con niebla que no se conseguía ver nada más que cinco kilómetros.Salgo de mi casa y me despido de mis dos hijas. Cojo la lanza para pescar y me despido de ellas con una mano en la distancia, con una mano. Me junto a un grupo de hombres.Somos un grupo de cinco hombres que vamos siempre a pescar por las mañanas.

Vamos andando lentamente disfrutando de la fría y leve brisa.Llegamos al cabo y se ve de una manera borrosa la casa del viejo Itatí. Él tiene una vieja cabaña junto a las rocas de la playa. Entramos como todas las mañanas y empezamos a beber la infusión que siempre prepara un tiempo antes que lleguemos.Nos sentamos en el suelo de la cabaña y empezamos a hablar cómo estaba el día y como nos iba a perjudicar en este día de pesca.

Batalla de Mactán, muerte de Magallanes

 

El 27 de abril de 1521, era un dia como otro cualquiera en nuestra maravillosa isla llamada Mactan, con nuestro clima tropical nuestros bosques repletos de alimentos y muchísimos animales, nos visitaron unos hombres con unas grandes naves que parecían ballenas gigantes flotantes, que iban vestidos muy ridículamente como si hubiesen salido de otro planeta. La primera impresión que nos dió a mi y al pueblo fue muy buena, eran como dioses, seres muy inteligentes, o eso dijo el jefe de nuestro pueblo.

  Su jefe,

En la piel de un indígena


Proyecto:
V Centenario de la primera vuelta al Mundo


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Trabajo hecho por: Lara Castro, Marta Parra y Santiago Leite



En la piel de un indígena

En marzo de 1521 hacía un día soleado en las islas Filipinas pero se preveía niebla en el horizonte. Sadak se despertó a las cinco de la mañana con el sol todavía en su cama. Frío hacía, pero no tanto como iba hacer esa misma tarde. Salió de su cabaña, ya con todas las pieles encima. Tomó el arma y se dirigió a la parte negra de la isla. Sus ojos, negros y fríos, avistaron la criatura de dientes feroces y de pieles naranjas y oscuras. Con una sola lanzada atravesó la pierna del animal. Este gritando de horror intentó defenderse pero Sadak, ya con años de práctica, fijó otra lanza en su hombro izquierdo.
 En la tribu, todo el mundo se despierta a las seis de la mañana. Ya se podía ver los hombres juntándose para esperar a su líder y las mujeres atendiendo a los niños y regando las hortalizas. Ese era un buen ejemplo de una tribu civilizada, sin preocupaciones, sin problemas… Pero nadie sabía lo que iban a enfrentar esa misma tarde. Los niños jugando en la playa con sus arcos se asustaron y corrieron a sus casas.
A mediodía, en el horizonte se avistaron tres naos. De una salió un hombre. Magallanes, le llamaban, un hombre alto y robusto, de aspecto severo de ojos oscuros como la muerte. Su porte era altivo, su traje de aspecto noble. La tribu, asustada, preparaban las humildes armas, la mayor parte de ellas eran hechas de caña, todos con las miradas entrelazadas con la de Sadak, esperando por su decisión.
Cuando llegaron, encontraron grandes dificultades para comunicarse. Sadak lanzó el primer grito de guerra, porque todo aquello era nuevo para ellos. El resto de indígenas acompañaron el grito de su jefe disparando hábilmente sus flechas; sin embargo,  Magallanes y sus hombres, a pesar de sus metálicas vestimentas y sus mortíferas armas de fuego, tardaron demasiado tiempo en reaccionar al ataque, tanto, que varios hombres cayeron muertos en ese mismo instante. Así comenzó el primer encuentro entre europeos y la gente de esta humilde tribu. La sangrienta pelea duró hasta el anochecer. La blanca arena se volvió roja por culpa de la batalla. Los marineros atacaban de forma organizada con sus pistolas y demás armas de fuego, pero los indígenas, impulsados por el miedo, sus embestidas, a pesar de mal organizadas, también eran un enemigo a la altura.   De cualquier forma, las armas de fuego eran más fuertes que las de simple caña. En medio de toda la batalla la destrucción era masiva, los marineros prendieron fuego a los hogares de los indígenas y con ellas se fueron algunas inocentes almas. Sadak, entre el caos del momento, avistó la figura de un hombre que parecía ser el líder de los invasores. Entonces, desde un punto lejano, sin reflexionar sobre ello, lanzó una flecha en su dirección que acabó dándole en la pierna.
Magallanes, con gritos de dolor, se dirigió torpemente a su nao debido a la pierna afectada. Infelizmente, el alquimista que estaba viajando con ellos acababa de morir en la guerra, así que no tenía otra opción más que descansar y esperar a que el Señor le acompañase. Muchos de los hombres habían muerto en combate y las esperanzas de los marineros cada vez eran más escasas.
Ya en la tribu, todos se recuperaban y las madres lloraban por las pérdidas de sus hijos, hermanos y maridos. Con las casas destruidas por el fuego deslumbrante, los indígenas no tenía otra opción que sentirse tristes. Con las lágrimas apagaban el fuego de tanto llorar y sus casas se reducían a puras e insignificantes cenizas.
Horas después, Magallanes murió con la pierna infectada. En la nao se vivieron momentos de tensión y de tristeza, ya que su gran líder había fallecido. Ahora debían elegir un nuevo jefe para que el viaje pudiese llegar a su fin.
Sadak, horas después, fue capturado con el resto de la tribu. Los llevaban con cuerdas atadas a las manos. Supo, en ese momento, que no había una vuelta atrás, y que nunca volvería a vivir pacíficamente como antes. Los llevaron adentro de una nao. Los hombres semidesnudos se concentraban en la preocupante mirada de su jefe, Sadak, este les contestaba con los ojos rojos de tristeza. Él no sabía qué hacer, no conseguía salvar a su pueblo, se sintió deshonrado ante su gente. Los mantuvieron encerrados en la bodega cuando de pronto una sombra esbelta se acercaba hacia ellos.
·         “Mi nombre es Juan Sebastián Elcano y provengo de los Reinos de Castilla y Aragón. En este instante os encontráis bajo el poder de los Reyes Católicos. A partir de este momento, seréis mis esclavos; colaboraréis con los cargos que os serán asignados o seréis ejecutados. Nuestra misión es dar la vuelta al mundo.”
Desde ese dia, nunca volvió a dormir bien. Todos los días, Sadak se despertaba de madrugada. Seguía viendo las mismas personas que conocía desde el día de su nacimiento, pero las expresiones en ellos eran completamente desconocidas para él. Nunca había visto tales expresiones de tristeza. Él era obligado a trabajar sin descanso. Día y noche. Le torturaban, le gritaban y peor de todo, no era capaz de hablar con nadie. Cada vez que llegaban a nuevos territorios eran obligados a luchar, buscar objetos preciosos, y a trabajar de manera ardua casi sin haber comido nada.
                   Una noche turbulenta, todos se despertaron con los truenos y el brusco oleaje. Sadak oía los gritos de la tripulación. Decidió subir al la cubierta, y vio a Elcano preocupado y sin saber qué hacer. Eran los violentos vientos del norte. Parecía que él era el único capaz de izar las velas de una manera a que podían volver a controlar la nao. Se dirigió al ala de la derecha; enarboló la vela y ató la cuerda con notable fuerza y precisión. Hizo lo mismo con la de la izquierda y pronto Elcano le felicitó.
Elcano, en los siguientes días, empezó a investigar y observar Sadak con curiosidad. Observaba cómo éste realizaba sus trabajos y cómo se comportaba en el día a día, apreciando que este era diferente a los demás. No hablaba y nunca se quejaba de nada. Estaba aislado del mundo, como un pez perdido en el mar, pero a pesar de la amarga soledad que él emitía, en su mirada se observaba una gran perspicacia, característica de un gran líder. Un día lo llamó a su camarote y este, cuando entró, empezó a observar, con curiosidad, pequeñas cosas hechas por el hombre como libros, medallas de guerra.. pero lo que le interesó más fue el mapa enorme que estaba encima de la mesa principal. Elcano, le preguntó si sabía que el mundo era grande y que había muchos más sitios por descubrir. Este negó. Elcano apuntó a las islas Filipinas diciéndole que allí era donde ellos se encontraban. Sadak pasó el índice por la tela pintada en su supuesto “pueblo de origen”.
A partir de ese momento, se siguieron muchos otros encuentros entre Sadak y Elcano. En estos, el capitán le narraba sus asombrosas aventuras transcurridas en los sitios más maravillosos de la Tierra. Sadak, todos los días, escuchaba sus relatos con una mirada entusiasta y se preguntaba si algún día iría a los países de los que le hablan. Elcano, con el pasar del tiempo, fue cogiendo cariño a Sadak y lo invitaba a comer y a pasar las tardes juntos. De esta manera se formó una extraña pero bonita relación de lealtad entre el capitán y su esclavo.
                                            ***
Dos años después finalizan el trayecto que duró cuatro años y Elcano, al mes siguiente de llegar a Sevilla, muere por culpa de una epidemia.
Sadak, con pocas esperanzas, se encuentra en la plaza mayor de Sevilla. Le atribuyen un número. La plaza está llena de gente, y entre los curiosos se encuentran posibles compradores de las preciosidades del viaje y de la venta de esclavos. Un hombre grita por el número de Sadak y este se pone firme. La vida todavía le iba a dar muchas sorpresas, había pasado de ser un líder a un insignificante esclavo comprado por una sociedad donde el dinero se malgasta sin razón mientras hay población que se muere de hambre.