Mi abuelo era tripulante de una de las cinco naves que partieron del muelle de las Mulas que era un sitio muy movimentado pero no tenía una gran belleza ya que todo era bastante viejo y no tenía colores atractivos sino muy oscuros, lo que hacía que pareciese que todo
estaba muy sucio y degradado.El muelle se situaba en el río Guadalquivir en Sevilla el 10 de agosto de 1519. Desde que salieron hasta que volvieron tardaron tres años. Durante el viaje varios fueron los que fallecieron, pero mi abuelo fue uno de los que completó el viaje.
Antes de morirse mi abuelo me contó un poco de lo que se sucedió durante todo el viaje. Ninguno de los marineros quería partir para el viaje pero lo tenían que hacer para poder sobrevivir, ya que en aquella época se vivía bastante mal y las condiciones eran terribles. Aunque al principio mi abuelo no tenía ganas de partir para el viaje, a lo largo del viaje le fueron entrando cada vez más ganas de continuar en el viaje porque pensaba que si fuera capaz de concluir el viaje con vida y de buena salud se convertiría en una persona importante y que ganaría bastante dinero para poder vivir bien en los años siguientes.
La primera escala tuvo lugar en Canarias que fue uno de los lugares que mi abuelo más le gustó. Mi abuelo, que se llamaba Juan Manuel, era del norte de España, más concretamente él era de un pequeño pueblo en los alrededores de Oviedo. Desde que naciera hasta sus veinticinco años, que fue cuando partió para el viaje, nunca había salido de aquella zona. El sitio más lejos al que había ido había sido a la provincia de Santander, para vender uno de los caballos que tenía.
Además de todo lo que he dicho mi abuelo también me contó que su gran amigo de infancia José Jiménez también había ido en el viaje en la misma nave que él, pero esto solamente lo descubrió unas semanas más tarde porque en el barco había cerca de mil personas y era imposible encontrar a alguien fácilmente. Esto lo descubrió en una bella tarde de septiembre en la que habían acabado de llegar a Cabo Verde. Mi abuelo, como todos los otros tripulantes, estaba saliendo de la nave para vislumbrar el nuevo sitio al que habían llegado. Todo estaba ocurriendo con normalidad hasta que de repente mi abuelo mira hacia la derecha porque le parece que alguién le está llamando y es cuando se da cuenta de que su gran amigo de infancia está allí. Mi abuelo corre hacia él con una gran alegría ya que no se veían desde sus dieciocho años.
Todo lo que he dicho hasta ahora parece interesante, pero aún me falta contar lo que para mi fue lo más interesante de todo lo que mi abuelo me contó. Lo que voy a contar puede que muchos de vosotros no lo creáis pero eso pasó verdaderamente.
Lo que sucedió fue que casi en el final del viaje cuando hacían la última escala, y de nuevo en Cabo Verde, mi abuelo conoció a una mujer de allí e inmediatamente se enamoró de ella y viceversa. Pero el problema era que al día siguiente mi abuelo tenía que seguir el viaje, y como no le dejaban que la mujer fuera con ellos, en la nave pues se tuvieron que separar. Aunque no por mucho tiempo, ya que mi abuelo le prometió que volvería pronto a buscarla para que fuera a vivir con ella en España.
Así fue, un mes y medio después fue cuando mi abuelo pudo volver a Cabo Verde para buscar su futura mujer y mi futura abuela. Volvieron para el pueblo donde vivía mi abuelo y vivieron en la casa en la que vivieron mis padres toda la vida y donde vivo yo actualmente en pleno siglo XVII.
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