martes, 26 de febrero de 2019

EL ÍDOLO: LA PRIMERA VUELTA AL MUNDO

Era un caluroso verano, agosto de 1519. Se encontraban en los alrededores de Sevilla, la ciudad probablemente más cálida de la España de la época....

Agustín cavilaba sentado en su banco de todas las tardes. Se había quedado pensando sobre los temas que había profundizado la tarde anterior, cuando su compañero del alma, Juan, se había situado junto a él. Corría el rumor de que cierta tripulación dominada por un conocido capitán, Fernando de Magallanes, y su colega Juan Sebastián Elcano había comenzado su esperada expedición cuyo objetivo sería la realización de la vuelta al mundo sin pasar por las, hasta una época posterior, colonias portuguesas.



 Volvieron a encontrarse los dos amigos al día siguiente. Agustín sentía un cierto desequilibrio en el ambiente. Distinguía un determinado olor que no podía explicar. En este mismo momento recordó la historia de Magallanes y Elcano. Juan le dijo entonces que se había embadurnado de una sustancia que él había distinguido como un perfume. Entonces, llegó la noche. Agustín soñó sobre cómo habría sido su expedición si hubiera sido Magallanes. Sin embargo, escuchó de inmediato un ruido en su habitación. No se levantó. Tampoco se movió. Apenas distinguió la voz de su amigo Juan, que hablaba solo.
  • ¡Se pensaría que no estaba allí, o que se había equivocado de habitación! - dijo Agustín.
Sólo pudo reconocer lo que decía:
  • ¡Dicen que embarcaron 239 marineros hoy mismo, 10 de agosto de 1519! ¡No eran rumores!

 Al día siguiente, Agustín y Juan no se vieron. Agustín quedó asombrado de que unos españoles planeaban dar la vuelta al mundo. ¡Pero estos que se piensan! ¡Nosotros somos unos simples y pobres campesinos, mientras que estos se pasan el día en el mar, perdiendo tiempo! Sin embargo, una semana más tarde, Agustín y Juan volvieron a encontrarse, y ambos compartieron su opinión sobre el tema (que era idéntica).

 Dos años más tarde, en 1521, decidieron formar una asociación que acogería a las personas necesitadas, además de reivindicar  unas condiciones laborales más razonables. Inclusive fueron a hablar con el emperador Carlos I, donde lamentablemente muchos ciudadanos murieron en el intento de reivindicar sus condiciones laborales. Esta organización apenas duró hasta principios de septiembre del año siguiente.

 Juan y Agustín decidieran ir al centro de Sevilla, donde se rumoreaba que Magallanes volvería de su expedición. Sin embargo, nadie contaba con la muerte de Magallanes, bastante antes, en abril del año anterior, y por tanto Elcano lideraría la expedición.

 …

 Agustín no podía aguantar más esta situación. Decidió salvarse a sí mismo. Pobre Juan, que había lamentablemente fallecido ahogado.
  • ¡Era él o éramos los dos! - anunció Agustín.

 Había sido la mejor tarde para ambos. Habían conseguido conocer a los personajes históricos que realizaron la vuelta al mundo. Juan simplemente había interpretado a Elcano como su ídolo.

  • “El lunes 8 de septiembre largamos el ancla cerca del muelle de Sevilla, y descargamos toda nuestra artillería. El martes bajamos todos a tierra en camisa y a pie descalzo, con un cirio en la mano, para visitar la Iglesia de Nuestra Señora de la Victoria y la de Santa María la Antigua, como lo habíamos prometido hacer en momentos de angustia” - estas fueron las últimas palabras que escuchó Juan, salidas de la boca de su impresionante ídolo, que abriría una puerta hacia el futuro.
Carlos Reinaldo 4ºESO C

No hay comentarios:

Publicar un comentario