20 de noviembre de 1520
Mañana saldremos del puerto rumbo a Asia,
todos estamos listos para este viaje que durará bastante tiempo. Aun así,
llevamos los recursos necesarios, comida
y agua, para aguantar todo ese tiempo.
Todos mis compañeros han aprovechado la
ocasión, ahora que estamos en tierra, y han enviado cartas a sus familias. Yo
en cambio, decidí embarcarme en este viaje principalmente por no tener a
nadie. Esa es la forma más fácil de hacer algo, no tener nada que te obligue a
seguir luchando, tenerte sólo a ti mismo. Por eso no me preocupa esta travesía,
ni tampoco ninguna otra.
14 de enero de 1521
Nuestra situación va de mal en peor. No
quedamos ni la mitad de la tripulación con la que habíamos empezado el viaje en
Sevilla y la ilusión que teníamos todos por emprender esta aventura se nos
acabó a los pocos meses de embarcar, principalmente cuando nos dimos cuenta de
la duración del viaje desde el estrecho de Todos los Santos hasta algún punto
en el Océano Pacífico.
Decidir embarcar en un viaje alrededor del
mundo fue muy fácil para todos nosotros. Queríamos vivir una aventura pero la
verdad es que, al vernos en situaciones difíciles como esta, la alegría
desaparece demasiado rápido.
Después de casi medio año en este barco
puedo decir que me estoy volviendo loco. Llevamos dos meses y medio
navegando sin encontrar tierra firme en la que nos podamos abastecer de
recursos. La escasez de comida es inimaginable, el escorbuto mata a decenas de
mis compañeros cada semana y todos rezamos para que el siguiente cuerpo que sea
tirado a la mar no sea el nuestro.
16 de enero de 1521
Seguimos navegando sin haber llegado a
ninguna tierra en la que descansar y buscar comida. La desesperación es tanta
que se puede sentir en el aire. Además de todo lo que estamos pasando, el
capitán sigue al frente del barco pero dudo que lo haga durante mucho más
tiempo. Me parece haber oído, hoy, en la cubierta, a algunos de mis compañeros
planeando un motín contra nuestro capitán. En ese momento me di cuenta de que
no quedaba esperanza para ninguno de nosotros, sin comida ni agua acabaremos
por morirnos hagamos lo que hagamos.
5 de marzo de 1521
Finalmente hemos visto tierra, todavía
está lejos y nos quedan algunas horas de viaje. El mar parece estar más calmo y
el clima es húmedo y caliente. Además, la isla parece ser bastante grande y
frondosa por lo que seguramente habrá agua dulce y comida. Todos esperamos que
no haya demasiados peligros en ella. Finalmente terminará nuestra angustia.
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