martes, 26 de febrero de 2019

El diario de Magallanes

26 de abril de 1521
Estamos aquí en las islas Filipinas y el plan para mañana es controlar la isla de Macatán. Yo no lo veo muy probable pero los demás están muy convencidos de que vamos a conseguir. Creo que corremos peligro, ellos son muchos más.

27 de abril de 1521
Tuvimos que anclar lejos de la costa lo que complicó aún más el ataque. Mientras ellos peleaban, me monté en un bote y salí pitando.



30 de abril de 1521
Llegué a la isla de Mindanao, a una localidad cuyo nombre desconozco. Todo va bien, pero necesito un barco mayor.
Por la tarde vi que llegaba un gran barco de mercancías al puerto. Intenté hablar con los nativos por si sabían su origen o destino pero no me pude entender con ninguno.

1 de mayo de 1521
Me acerqué al barco intentando reconocer al capitán. Había un hombre con el pelo despeinado y muy largo que parecía ser europeo. Fui a hablar con él y me dijo que se llamaba Sergio Alonso y que era el capitán. Estuvo de acuerdo en llevarme hasta India y así lo hizo.
20 de mayo de 1521
El viaje está siendo complicadísimo, hay muchas tormentas y la tripulación se está enfermando y muriendo. Dicen que hay un monstruo llamado Cepeda Kalbo que trae mala suerte y agita los mares.

22 de mayo de 1521
Poco a poco toda la tripulación se fue muriendo y solo quedamos Sergio Alonso y yo. Íbamos hablando y de la nada algo golpeó nuestro barco. Fuimos a ver y era un gigante calvo y llorón, exactamente como Cepeda Kalbo. También hacía ruidos raros, como “nieaaebessdsshhshh kavaaanaiyasasshh”. Me puse muy nervioso, no sabía qué hacer y ya estaba preparado para morir. Se acercó a nosotros para atacarnos, pero cuando nadie lo esperaba apareció Sergio con su enorme pelo para detener a Cepeda Kalbo, que empezó a llorar aún más alto. De la nada, Sergio se rapa el pelo y se lo ofrece a Cepeda Kalbo. Cepeda Kalbo se convirtió en Cepeda no Kalbo y fue el hombre más feliz de todo el mundo, incluso nos acercó a India.
25 de mayo de 1521
Llevamos ya un par de días aquí en India, ¡y los rumores dicen que estoy muerto!
Tengo que volver a España lo antes posible.
9 de septiembre de 1521
Llevamos ya varios meses aquí y no conseguimos ir por mar. Nadie nos quiere llevar y ya intentamos subirnos secretamente pero no ha colado. Dormimos en la calle y robamos para comer… Creo que nos moriremos aquí.

29 de diciembre de 1521
Seguimos aquí, con la misma rutina. El pelo de Sergio volvió a crecer. Me sorprende que sigamos vivos.

31 de enero de 1522
Hoy hemos conocido a un señor que hablaba español llamado Jordi. Nos invitó a su casa a comer y le explicamos nuestra situación. Tuvimos mucha suerte en encontrarlo. Nos contó que tenía un barco y que nos podía acercar al Reino de Adel.

3 de febrero de 1522
Salimos de India después de casi 1 año viviendo en la calle, comiendo mal…

1 de abril de 1522
Llegamos al Reino de Adel. Parece un país muy pobre y en vías de desarrollo.
20 de julio de 1522
Después de más de tres meses aquí en el Reino de Adel, lo que parecía ser un país pobre y medieval era en verdad un país muy desarrollado y moderno. Tenían máquinas que se movían solas para transportar a gente, artilugios para hablar a distancia, etc.
21 de julio de 1522
Hoy Sergio iba por la calle y vió una servilleta en el suelo. La cogió y la tiró desde lejos y entró en la cesta de la basura. Todo el mundo en la calle quedó boquiabierto. Eso inspiró a los somalíes a crear el baloncesto.
Me apetece quedarme aquí para siempre, pero quiero volver a España para decirle a todo el mundo que estoy bien.

1 de agosto de 1522
Estos somalíes son increíbles, tienen grandes trozos de metal que vuelan y transportan a gente. Me dijeron que con uno de esos nos podían acercar a las islas Baleares.

3 de agosto de 1522
Nos subimos al vehículo y en unas pocas horas ya estábamos en las islas, increíble.
18 de agosto de 1522
Como nos dejaron en una isla desierta no teníamos cómo salir de allí. Solo comíamos plantas e insectos.

23 de agosto de 1522
Desesperado, Sergio cogió mucha madera y se puso a trabajar. En unas pocas horas construyó una especie de barco a la que llamó piragua. Nos subimos y fuimos remando hasta Sevilla.

6 de septiembre de 1522
Cuando estábamos ya casi llegando después de un largo trayecto remando, nos encontramos con una de las naves que había salido de Sevilla con nosotros. A lo lejos vi a mi compañero Elcano.

8 de septiembre de 1522
Parece que nadie me reconoce y todo el mundo cree que estoy muerto, es lo que hay supongo, al menos estoy vivo aunque hace mucho frío.

Nota del autor:
El 9 de septiembre de 1522 Magallanes muere de un catarro.

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