miércoles, 26 de noviembre de 2014

Los microcréditos, una salida a la pobreza

En los países en desarrollo, una de las dificultades que sufren sus habitantes es la de poder disponer de préstamos, ya que, ni bancos, ni empresas, ni grandes entidades financieras nunca les prestarán ninguna ayuda económica a causa de no poder demostrar que cumplirán con las condiciones que les son exigidas para devolver el préstamo. De manera que estos países se hallan en cierta situación de estancamiento, ya que son pobres y, al serlo, no se les permite la oportunidad de pedir un préstamo, cosa que quizás podría sacarles adelante.
Como posible solución a esto, hace unos años aparecieron los llamados microcréditos. Éstos, son préstamos de pocas cantidades de dinero proporcionados a personas de escasos recursos a los que los bancos no suelen concedérselos, de manera que les privan la posibilidad de salir de su situación de pobreza. Los microcréditos han permitido a mucha gente salirse de su situación ofreciéndoles así un mejor futuro. Y el hecho de que los préstamos hayan resultado ser exitosos en tantísimas ocasiones es algo que se ve reflejado en muchos estudios.
El Graameen Bank (creador de la iniciativa) ha informado reiteradas veces que las tasas de éxito en la devolución de los microcréditos son de entre el 95% y el 98%, luego se demuestra que el hecho de proporcionar estas pequeñas ayudas económicas sale a cuenta tanto para la mejora en las vidas de los clientes como para el beneficio de la empresa.
A causa del éxito demostrado de las microfinanzas y, sobre todo, de las oportunidades que éstas aportan a aquellas personas que jamás han tenido ocasión de disponer de un crédito a causa de su mal estado económico, los microcréditos se han popularizado rápidamente. En el año 2009, 38 billones de dólares fueron prestados en forma de microcréditos, lo cual significa que aproximadamente unos 74 millones de personas, tanto hombres como mujeres, fueron beneficiados gracias a microcréditos.
Si el simple hecho de que los microcréditos hacen posible la mejora en la calidad de vida de miles de personas pobres no fuera suficiente también ayudan a las mujeres a obtener algo de independencia y, por lo tanto, a luchar en contra de la discriminación de género al ofrecerles la posibilidad de obtener microcréditos (está demostrado que en estos países, las mujeres tienden más a la responsabilidad). Desde 1996, el pequeño proyecto de microfinanzas de Roshaneh Zafar en la Fundación Kashf, ha transformado la vida de más de un millón de personas (y muchas de ellas, mujeres) en 26 distritos diferentes de Pakistán mediante el préstamo de pequeños créditos, valorados en un total de 202 millones de dólares, actualmente, según datos publicados por la propia fundación.
Los microcréditos son, pues, una posible (y no dudosa, como defienden algunos) solución a aquellas familias que viven en la pobreza y que, gracias a su iniciativa y capacidad, podrían un día lograr salir adelante, si se les concediese quizás una oportunidad determinada: los microcréditos.

Anna Calonge
Gemma Ruiz

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